Más de 100.000 autónomos se verían perjudicados en la Comunidad de Madrid.

AMTAS-UPTA considera un despropósito la decisión del Gobierno de no aplicar el denominado IVA franquiciado a los autónomos con facturación inferior a 85.000€ anuales.

El IVA franquiciado supondría una gran ventaja para aquellos autónomos con menos gastos deducibles, ya que podrían emitir sus facturas si IVA de la misma forma que ya lo hacen los sanitarios, o los profesionales de la educación, igual que en el resto de Europa lo hacen los freelances. Como contrapartida no podrían deducirse en IVA soportado.

El Grupo de trabajo puesto en marcha por el Ministerio de Hacienda, agentes sociales y las organizaciones representativas de trabajadores autónomos, ha tratado este tema desde 27 octubre del 2022, y el objetivo de este era modificar la fiscalidad del colectivo, desarrollar e implementar la factura electrónica y poner en marcha una regulación fiscal más laxa en cuanto a la simplificación administrativa.

En este contexto desde AMTAS-UPTA, hemos venido trabajando con el resto de las organizaciones y agentes sociales, así como con la propia administración, para hacer efectiva la transposición de la Directiva Europea 2020/285 de la UE.

Además, este grupo de trabajo debería buscar la equidad real en la carga tributaria que soportan los autónomos con relación a las deducciones fiscales que disfrutan las sociedades en nuestro país.

Para la organización, “es imprescindible que el Gobierno de España haga todos los esfuerzos necesarios para corregir la brecha fiscal que existe entre el autónomo persona física y las sociedades.”

Según César García, secretario general de AMTAS-UPTA “seguimos siendo la cenicienta de la economía, meros recaudadores de impuestos y contribuyentes de segunda categoría a la hora de establecer ventajas fiscales que hagan más llevadera la carga tributaria existente, aliviar los trámites burocráticos tediosos a los que se enfrentan más de dos millones de trabajadores por cuenta propia.

Es un auténtico disparate que los grandes empresarios de nuestro país puedan acceder a deducciones fiscales en el impuesto de sociedades que un autónomo que declara a través del IRPF jamás podrá obtener.”

No equiparar la fiscalidad española con la europea y no simplificar la burocracia para trabajar con empresas extranjeras implica un agravio comparativo para nuestros profesionales, que no pueden competir en precio con los freelances europeos si no es a costa de rebajar el precio de sus servicios.

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